En el quehacer pedagógico es obvio y constante que surjan posiciones encontradas con relación al aprendizaje desde todos sus tópicos. Algunos profesionales de la educación delimitan su trabajo en busca de referentes que enfaticen teoría vs disciplina, denotándose el principio de lo teórico como el camino o ruta al conocimiento, al entendimiento, al todo… Otros colegas irrumpen lo pragmático de lo que realmente significa aprender. Aprender es en todo sentido estar habilitado, apto, poseer condiciones y cualidades para el desarrollo de potencialidades que se adquieren en condiciones dispuestas al servicio social y contextual, atendiendo a facultades individuales, cognitivas, actitudinales, o procesales entre otras.
Es la escuela o la institución el escenario más propicio para que el aprendizaje se estructure o se consolide, debido a la gran misión que en ella se proyecta al instruir, construir, perfilar y dar al individuo elementos de supervivencia, de convivencia y cambios en el desarrollo social humano. Así mismo, es imprescindible, que el otro gran objetivo que tiene la academia es sin duda preparar hacia cambios de pensamientos distintos y críticos, que engrandezcan lo espiritual, lo comportamental, lo laboral y otros aspectos que se logra gracias al proceso educativo.” La academia siempre será un espacio de oportunidades de conversión y transformación para que el hombre trascienda como hombre”₁
Las estrategias didáctico- pedagógicas son piezas claves o herramientas en la triada docente, educando y aprendizaje, que irán a ventilar el proceso de lo que en verdad se quiere lograr como producto final de la meta de la calidad de la educación. Y así, promocionar alumnos y exalumnos íntegros,competitivos,con grandes fortalezas y motivados a seguir profesionalizándose siempre y para la vida ,gracias a las grandes ejemplos del educador, sus conocimiento y de la gran manera de decir las cosas con hechos relevantes, diferentes, raras, casi inverosímiles, pero que por ser competente y “ sabérselas toda”, pudo alcanzar su gran sueño: preparar para la vida y para un contexto exigente, arduo y de muchas vicisitudes, a personas que se enfrentarán a él, porque son recursivos, atrevidos, valientes y capaces de ser superior a las convulsiones del desarrollo actual.
Hablar de competencias es remitirse a lo que en verdad ella aspira como un resultado a corto y a largo plazo. Las competencias tienen la gran finalidad de conquistar, habilitar, manejar y tener posibilidades de interactuar desde lo asimilado, lo aprendido, lo recibido y lo que la persona (estudiante) necesita como mecanismo de saber hacer, ante una situación dada en la cual debe resolver como actuante revestido de condiciones múltiples y bajo la actitud de poder demostrar sus atributos intelectivos (estrenar cromosomas).” La competencia implica poder usar el conocimiento en la realización de acciones o productos (ya sea abstracto o concretos)1”.La competencia, entonces desarrollará en cada persona lo fundamental y lo indispensable para llevarlo a la praxis y al servicio de sí mismo y de todos de lo que lo requieran.
No solo el saber-hacer es lo importante en la formación de clases pedagógicas con competencias, es necesario conocer que antes de lograr en cada una de los educandos ésta competencia, es fundamental consolidar otras competencias del desarrollo humano como son las competencias de saber- saber, que se refieren netamente al contenido con propiedad de tener y manejar un ciclo mínimo o máximo de teorías alcanzables como desarrollo de conocimiento socio-cultural. En esta misma apreciación, es también necesario que se incremente la competencia de saber-ser, como una gran realización humana. Saber ser gente es un peldaño de gran importancia para la sociedad y no solo decir que alguien es profesional solo por el hecho de haber ido a una institución y haber optado un titulo, es necesario que el profesional demuestre y se demuestre que es un gran profesional integro y con grandes principios de altruismo, de consideración, de moderación, humanismo y ante todo que es un profesional que irradia ejemplo. En el campo educativo estas categorías de competencias irán de la mano con la realidad, en la medida que el gerente de la clase, el docente, tenga en cuenta que en la medida que él sea competitivo, generará competencias y así estar competitivo ante cualquier circunstancia que se presentan en los problemas de la vida cotidiana y coloquial. En síntesis, el docente a través de su estructura, su convicción, su proyección, su misión y sus competencias, estará en condiciones pedagógicas humanas e integras de fomentar competencias a sus discípulos para toda la vida.
Las nuevas técnicas para la aprehensión del aprendizaje sugieren que no solo es necesario en la trayectoria de la instrucción de conocimientos, hacer la clase magistral, elegante, dinámica, recursiva, diferente entre otros componentes. Es necesario que la clase se convierta en una búsqueda de posicionamientos discursivos- verbalísticos, como una forma de generar tertulia participativa entre los agentes del proceso educativo. Es claro que las posibilidades de participación son una forma metodológicas para que los educandos pasen de ser unos alumnos auditivos pasivos de sillas (ocupando un espacio geográfico- delimitado exclusivo y prohibido), a un espacio de solidez conversacional y comunicativo, donde cada uno de los participantes tendrá las miles de posibilidades de expresarse con libertad, elocuencia, fluidez y espacio de poder escuchar y la gran oportunidad de ser escuchado. Lo anterior es alcanzable en la medida en que el docente disponga de aprendizajes basados en inconvenientes o problemas cotidianos con disposición de participación total, donde la pregunta problema servirá como preámbulo de inicio de discusión colectiva. En este mismo horizonte, se estará propiciando la competencia comunicativa, como una gran fortaleza desde lo individual hasta lo ilimitante en el gran campo de lo discursivo-persuasivo.
Educar con calidad es sinónimo de poder enseñar desde el aula y no solo para el momento, sino para la vida y desde la vida para la eternidad, donde hasta en el último segundo antes de morirse la persona, recuerde que el hombre tiene que pasar a la historia.
HERNANDO ALBERTO GARCÍA FIGUEROA
Coordinador de investigación CUN Sincelejo
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